Catar un Café

Para poder apreciar toda la esencia de un café es necesario que nuestra boca y nariz no estén contaminados por otros aromas o sabores que puedan llevarnos a juicios erróneos: estar en un local cerrado con gran cantidad de olores diferentes, haber comido algo fuerte, como caza o carnes muy elaboradas, haber tomado vinos de mucho cuerpo o alguna copa de cava, o el sabor de las frutas ácidas comidas en el postre, entre otros más. Antes de tomar el café, y para evitar o amortiguar estos sabores distorsionadotes, es aconsejable, comer unas pocas galletas saladas o bastoncitos de pan, acompañados de un vaso de agua. Esto hace desaparecer los gustos fuertes y agresivos de nuestra boca. Los sorbetes suaves con sabores no excesivamente ácidos son también un buen sistema para “limpiar” nuestra boca. De no ser posible comer ninguno de los productos anteriores, es recomendable, al menos, tomar el vaso de agua para arrastrar todos los sabores fuertes. Esta ingesta debe ser siempre anterior al café, y no posterior tal y como suelen hacer algunas personas, ya que en estos casos, lo único que se consigue es hacer desaparecer rápidamente el regusto agradable del café.